lunes, 30 de octubre de 2017

Amor expansivo

Pasar a ser cuatro.

Antes que naciera Tomás mi mayor temor era que la pareja se viniera a pique: lo que teníamos con Pablo era tan lindo, habíamos logrado un nivel de compañerismo y amor tremendo... pero de a dos. Y llegaba un tercero que reclamaría atención permanente, que dependería totalmente de nosotros.

Embarazadas y parejas con  intención de agrandar la familia tranquilos: NO FUE ASÍ. Para mí fue realmente una mejora a esa relación que ya teníamos. Pero ahora ese temor vuelve a sobrevolarme: viene un cuarto integrante a instalarse en nuestras vidas, en nuestra casa y probablemente en nuestro dormitorio.

¿Y si no lo amo tanto como amo a Tomás? ¿Y si no puedo dedicarle tanto tiempo como los dos quisiéramos? ¿Y si se siente desplazado? ¿Y si toda su ternura y dulzura se transforman en algo horrible porque su mamá tiene otro bebé en brazos? Muchos miedos pero la experiencia de ya haber pasado por algo similar y de saber que existen familias con dos, tres y muchos más hijos… Tan terrible no debe ser.

Felices los cuatro


Soy la hermana menor de dos hijas, no viví celos por un nuevo integrante y nunca mi hermana me hizo sentir que yo vine a usurpar nada (claro, ella es 9 años más grande que yo). Pablo es hijo único por lo que tampoco hay experiencias nefastas por ese lado.

Más allá de nuestros deseos de seguir agrandando la familia (por mí tendría tres o cuatro hijos pero como digo siempre, "la logística es complicada"), también entiendo que es importante tener una buena base familiar, raíces que nos hagan recordar siempre que no estamos solos. Uno puede elegir amigos que son como hermanos pero en el fondo sabemos que no son familia. Tanto la familia más próxima de Pablo como la mía son muy chica en número y grande en años. Tomás hoy por hoy con sus jóvenes 3 años es el más chiquito y los que le siguen ya pisan los 20. Nosotros incluso somos padres "grandes", entonces refrescar la familia y que nuestro hijo tenga alguien de su misma generación y de su misma sangre me parece que es un buen legado. 

También sé que por más que uno desee que las cosas se den de tal o cual manera la vida, los años y las propias relaciones dispondrán probablemente otra cosa. Capaz se llevan a las patadas... bueno hijitos, arréglenlo como adultos cuando les llegue el turno.

Hoy estoy feliz de agrandar la familia y temerosa de lo que vendrá. Dejemos que el amor se multiplique. Y como diría Drexler: "... y que sea lo que sea".


miércoles, 25 de octubre de 2017

Preparar el nuevo parto

Durante el embarazo anterior fui desde muy temprano a clases de gimnasia para embarazadas con Cecilia Raimondo (profesora de Ed. Física y doula). Quedaba a la vuelta de mi casa, es hermana de un amigo y me daba perfecto el tiempo para salir del trabajo y llegar (casi) en hora. Ahí mismo hicimos con marido las clases de preparación para el parto: 4 talleres con partera y psicóloga que me encantaron. 

Me había anotado para hacer las de mi sociedad médica, pero fui a dos o tres clases (esas primeras eran sin marido) y la verdad no me sentí cómoda: éramos millones y siempre había caras distintas.

Ya cursando este segundo embarazo averigüé para empezar con las clases de gimnasia y lamentablemente empezaban media hora antes y se mudaron un poquito más lejos, por lo que no había forma que llegara en hora. Me puse a buscar otras opciones y llegué a Espacio de Desarrollo Armónico por el Parque Rodó, que tiene una vez a la semana una clase de Armonización en el embarazo. El horario me súper rendía, salía de la clase, me tomaba un bus en la esquina y en media hora estaba en casa. Probé una clase y me gustó. GOL.

Pese a ser el segundo embarazo quería prepararme como la primera vez, así que hablé con Cecilia y junto con marido decidimos hacer una vez con ella las clases de preparación para el parto.

Una forma de refrescar info, charlar con gente que se dedica a ayudar a madres y padres a traer a sus hijos al mundo, intercambiar experiencias con otras parejas, ponerse en órbita sobre procedimientos que se hacen o dejaron de hacer en el hospital donde nacerá "Pelou"... en fin, nos queda una sola clase y creo que la experiencia ha sido excelente.

Saber cuáles son las etapas del preparto, el parto y el posparto, conocer cuáles son las opciones de analgesia en caso que elijan alguna, repasar técnicas de respiración para sobrellevar las contracciones y lograr enfocarse en el momento del pujo o saber con qué escenario nos encontraremos si nuestro bebé nace por cesárea son sólo algunos de los temas que hemos vistos en los talleres.


Cuando aún no había llegado a la semana 30

Creo que es fundamental estar preparados, y que a mayor información menos temores tendremos al momento del parto (sea vaginal o cesárea). La información nos empodera. SIEMPRE.

jueves, 6 de julio de 2017

Aquí estamos otra vez

Este post lo empecé a escribir el domingo 23 de abril de 2017. Hacía unos días ya que andaba con ganas de encarar nuevamente el blog, y me pareció que nada mejor que esta historia para retomar. Aunque después caí en la cuenta que esto no lo iba a poder publicar hasta dentro de aproximadamente 2 meses o un poquito más.

Ya lo sabía. Al igual que la vez anterior yo ya lo sabía. Ni siquiera era necesario un retraso, yo ya sabía que estaba embarazada antes que el Evatest me lo confirmara ese domingo 23 de abril, previo al festejo de cumple de Cami y Mateo.

Pasaron las primeras semanas y yo que no podía comer un bocado más de carne. Seguí corriendo por la rambla con algunas precauciones extras: 6 o 7 km, empezando a controlar las pulsaciones y tratando de no ir muy abrigada.

Pasó el Día de la Madre y al lunes siguiente aparecieron los miedos. Ida a la emergencia, eco de urgencia y la tranquilidad de saber que todo no fue más que un susto. Pero este mal trago nos sirvió para verte por primera vez y lo más importante: ¡ver cómo latía tu corazón! Ya no pude volver a correr y me mandaron un reposo "relativo". 

Las semanas fueron pasando y hoy estoy de casi 15 semanas (o 16 según el último ecógrafo). Ya lo saben todos nuestros seres más cercanos y queridos, así que ahora pasó a ser de público conocimiento: se viene el "hermanito 'Pelou' (?)". 

Mostrándole la eco de "Pelou" a los abuelos y la tía.

Han sido semanas de mucho cansancio, de bajar 7 kilos porque era muy poco lo que realmente se me apetecía comer (tuve varias noches en las que mi cena fueron dos tostadas con dulce de membrillo). Pastas y harinas me colmaban y se convirtieron en mi salvación. ¡Sacame las preparaciones olorosas, esa cebolla frita y no me invites a un asado...! (al menos hasta hace unas semanas). Hoy ya estoy comiendo un poco mejor y más variado. Empezamos este segundo trimestre con un poco menos de cansancio, menos sueño y muchoS más sueñoS.

Respecto a Tomás ya contaré en otro post cómo viene siendo su reacción frente al "hermanito 'Pelou'" que aún no logramos descifrar qué significa eso para él.

miércoles, 4 de enero de 2017

Una "estrella fugada"

Un martes cualquiera o el primer martes de un nuevo año. ¿Ustedes tienen la fortuna de sentir que sus casas son su refugio? ¿La valla? El lugar donde pase lo que pase, ¿están a salvo?.

Primer martes del año con temporal que arrasó con Montevideo y más. Hace ya tres o cuatro meses que no tenemos cable y no lo extrañamos (con Internet y un cablecito de la compu a la tele vuelve la magia cuando lo queremos sin empeñar un riñón cada mes). Pero este martes fue como diferentemente mágico acá en casa para los tres humanos que la habitan.


Llegamos a la tarde/noche y el pequeño quería jugar a la "murgue" (murga) en nuestro cuarto. Nunca supe bien cuál era el juego, pero hubo muchas risas y persecuciones sobre la cama. Marido acompañó el juego y nos musicalizó con mi amada Contrafarsa. Después hubo que preparar la cena y mientras papá cocinaba nosotros bailamos: desde Canticuénticos hasta El Gucci, todos sus preferidos con trencito incluido.


Con la cena bajamos un poco las revoluciones y puse un poco de Marley. Nada de tele, nada de "quiero ver esto o aquello", NADA. Cada transición y algún momento de enojo fueron llevados de taquito gurises. Jugamos, bailamos, comimos, cocinamos y "cocinamos", hicimos "matabos" (mandados), buscamos tesoros y dibujamos.


Si me pidieran que escribiera un cuento de hadas empezaría diciendo "había una vez una pareja que tuvo un hijo...". Es mi refugio. Son mi refugio y hoy fue felicidad completa estar en casa con ellos dos. Ya vendrán otros momentos, de los bravos pero que se sobrellevan porque al final del día uno sabe que tiene dónde refugiarse, y que esos malos momentos también pasarán. 


Sobre el título de este post... en realidad no hay mucho para decir, fue una de las tantas frases dichas por esta pequeña gran persona que es mi hijo, que no deja de sorprenderme, fascinarme y enamorarme cada día con sus palabras, gestos, acciones y reacciones.