martes, 4 de agosto de 2015

Registro

No he escrito tanto como quisiera. Me faltó tiempo. Y cuando lo tuve me faltaron ganas. Y cuando tuve tiempo y ganas de escribir… NO, eso no me pasó.

Pero me di cuenta que si hubiera hecho un registro más detallado del día a día del gordo (o al menos del semana a semana) hoy sería capaz de recordar cosas como a qué edad tuvo su primera sonrisa social o cuántos días exactos de vida tenía cuando asomó su primer diente. Son cosas que no son imprescindibles ni fundamentales, lo sé, pero son tema de conversación entre las madres y al no saber con certeza me genera esa sensación de “algo me estoy perdiendo”.

Por otro lado soy tan tan tan tan tan feliz con el gordo, robándole millones de besos cada día, oliendo sus rulos maravillosos y probando sus preparados imaginarios cuando se pone a “cocinar” (sí, con 16 meses el gordo ya “cocina” y nos da para que probemos), que los otros detallecitos que no recuerdo quedan tan tan tan tan tan disminuidos que hasta logro olvidar que no los sé.

Me divierto la mayor parte del tiempo y gracias a motivos que para un simple mortal podrían parecer insuficientes. Pero tener un hijo te da esa capacidad de disfrutar de todo e incluso pasar minutos mirando jugar a tu crío con una sonrisa pintada en los labios… de esas que te sacan patas de gallo.



Gracias hijo, ¡soy feliz! Espero que vos también lo seas, hoy y siempre.


sábado, 13 de junio de 2015

Caminante

Sus primeros pasos sostenidos, gritados y continuados fueron a los 14 meses y 3 días. Tras varias charlas con mamás de niños más grandes que Tomás, supe que iba a tener que aprenderme fechas como esas. Cuando les preguntaba o salía el tema de "¿cuándo empezó a caminar?" todas decían mes, día y hora en que la cría había levantado vuelo. O caminata en verdad.

Pero la realidad es que Tomás ya venía dando pasitos hace meses, agarrado de mesas, sillones, personas o lo que le sirviera para tal fin. A veces tomado de las manos de los abuelos y muy pocas veces de las manos de los padres (era agarrarlo yo de las manos para que se tirara al piso o llorara para que lo levantara a upa).

Cumplidos los 14 meses, estábamos en lo de sus abuelos cuando el botija empezó a largarse de un sillón al otro, y al otro, y al otro. Y en cada sillón era recibido por los brazos y los besos de sus padres, de su tía, de su abuela. Risas, alguna caída por aceleradas imprevistas, gritos... y el inicio de esta carrera sin fin.

Muchos me habían adelantado que me preparara para cuando empezara a caminar, que iba a "estar atrás de él todo el día" (como si ya no lo hiciera de antes). Convengamos que mucho no cambió. Ya antes de caminar, se paraba y trepaba por todos lados y por lo tanto tengo bien entrenado el "¡NO!". 

La única diferencia tal vez sea que ahora él disfruta más de su propia independencia. Ojo, nosotros también. Pero ahora se despierta, nos mimosea un rato, se tira arriba mío, me tira el pelo... y cuando se aburre se baja de la cama y sale caminando. Se ve tan linda esa silueta parada bajo el marco de la puerta, recibiendo la luz que llega de la calle. ¿Cuándo nos pasó esto de ser tan felices?

Parezco una idiota recomendando tener hijos. No busco evangelizar a gente que no quiere ni ahí saber nada de tener un bebé, pasar por un embarazada o ser papá. Pero a aquellos que me preguntan, que están en la duda, que quieren pero no se animan o están esperando "algo", muchas veces les digo que no pierdan oportunidad, que no esperen el momento ideal porque evidentemente no existe. Si tenés ganas, si querés... ¡el momento es AHORA!

P.D.: tengo pendiente el post con los detalles del cumpleaños. Salió todo tan lindo y laburamos con gente tan genial, que no quiero dejar de recomendarlos. Ya se viene ehhhhhhhhhhhhhhh...



lunes, 27 de abril de 2015

Cuando todo cansa

Cuando todo cansa pero a la vez el cansancio se te pasa en un minuto. Eso sólo lo logra un hijo evidentemente, porque AT (época conocida como Antes de Tomás) cuando estaba cansada estaba cansada y PUNTO. 

Anoche eran las 19 horas y 'qué bueno, son las 7 de la tarde recién...'. Fuimos en familia a hacer un mandado y al volver a casa 'ya son las 8 de la noche?!?!???!!!' 

Eran las 20 horas y me había agarrado un cansancio tremebundo, de querer llegar a casa y acostarme a dormir JA JA JA como si fuera posible con un beibi de 13 meses. Pero mi marido me dice: 'yo cuelgo la ropa y lavo la cocina, vos si querés arrancá con los muffins'. Sí, se acordó que en algún momento del fin de semana había prometido hacer los muffins de mandarina. Y como no cocino nunca jamás, me gusta cada tanto sorprenderlos con mi entusiasmo por lo reposteril.

Así que siendo las 8 de la noche arranqué con los muffins... Y entre whatsapp con amigas, Pocoyo, mimos a Tomás y al padre, harina, procesadora, batidora, cucharadas de cena para el gordo y ayuda a Pablo con el baño del susodichito, llegaron las 10 y había puesto la última tanda de muffins al horno. 

Con energía aún para hacer 48 muffins más, el sueño de Tomás se estaba haciendo presente, así que tras una embadurnada de repelente llegó el teta's time y cosa que nunca: en 15 minutos el crío estaba dormido.

Marido empezó a aprontar la cena y yo empecé a laburar en la compu, con las energías renovadas que sólo quien tiene un hijo puede entender. Porque no sé de dónde salen, pero siempre aparecen. Gracias energías DT (Después de Tomás...)




jueves, 26 de marzo de 2015

1 año

Llegó el día. Hoy, jueves 26 de marzo a las 17.56 horas, el ser más bello del mundo cumple 1 año de vida. A whole one year.

Y yo doce meses completicos de mamá. Porque mamá soy todo el día desde hace 365 días.Y algunas cuantas semanas más. Me desborda la emoción. Ya ni siquiera puedo caer en el lugar común de decir que soy feliz, muy feliz, súper feliz. Porque en verdad lo soy, pero también soy más que eso y de una forma tal que no encuentro una palabra que describa cómo me siento, cómo estoy, cómo soy. Lo más parecido es "desbordada".

Porque así estoy: desbordada por la felicidad, por el caos, por el desorden, por el amor, por los problemas, por las soluciones, por los sueños, por el sueño, por el cansancio, por la vida. Lo bueno y lo malo me desborda, pero afortunadamente lo bueno en mi caso siempre gana. ¿Cómo no ganar, cuando me siento amada y mimada por mis dos hombres?

Feliz cumpleaños de papá. Feliz cumpleaños de mamá para mi. Feliz cumple, HIJO.





miércoles, 25 de febrero de 2015

ONCE

Y no me refiero al barrio porteño, no. Once son los meses que mañana cumple mi "Tomate bandido", como le canto yo. 

Y todavía no reservé salón para el festejo de su primer año.

Ni tengo las invitaciones. Ni siquiera las diseñé.

No sé qué se va a comer ni beber.

No estoy segura de llegar a hacer ni la mitad de cosas que quiero.

¿Y los souvenir(es)? What?

Me falta mucho. Me FALTA TODO.

Pero sobran ganas y quiero que todo los detalles sean pensados, tengan una razón de ser y signifiquen algo para todos los que rodeamos y abrazamos a Tomás.

Y los dejo cantando "Tomate bandido", que sigue primero en ventas y en el Top 50 Beldent por Concierto FM...





jueves, 5 de febrero de 2015

Se viene...


Falta bastante menos de dos meses para que Tomás cumpla 1 año. Y no puede ser. De ninguna manera. ¿Cuándo pasó? Pero FELIZ. Así con mayúscula bien grande. Porque si bien imaginábamos que esto podía estar bueno, nunca pensamos que iba a estarlo TANTO. También con mayúscula bien grande.

Somos dos padres babosos que durante el día extrañamos a nuestro hijo y estamos expectantes de esas fotos que nos envían su abuela y/o su tía mientras está bajo sus cuidados. Y cuando está despierto nos agota, porque es agotador tener un bebé de poco más de 10 meses. Pero nos divertimos un montón de forma barata y sencilla. Con un simple giro de 360° nuestro pequeño trinquete se mata de risa, y ese mismo juego lo podemos jugar por 10, 15 o 30 minutos (o hasta no soportar más el mareo). Que mamá o papá bailen exagerando cada movimiento, ya sea un vals, un tema de Las Pelotas o un jingle de algún aviso boludo en la radio. Y somos felices. FELICES.

No dice mamá ni papá. Ni agua, ni papa (así, sin tilde). Habla bastante sí pero sólo distingo un “ngué” y poca cosa más. Y me hace feliz. FELIZ. Le gustan los tambores y las murgas, la genética no falla en eso o estoy haciendo las cosas muy bien. Ya fue al tablado, al Teatro de Verano y queremos llevarlo un ratito a las Llamadas. Nos hace felices y nos llena de ORGULLO ver cómo juega, como gatea y se para agarrado de un sillón, la mesa o las piernas de alguien. Es que somos unos papás babosos.

Alegría, emoción, orgullo y felicidad es lo que siento cuando veo a mi gordito de casi 1 año. Y mucho amor, que por suerte abunda en mi casa y en esta familia de por ahora solo tres integrantes, en estos tiempos en que atemoriza bastante ver lo que pasa en esta sociedad cada vez más loca (esta sociedad que somos todos incluidos mi hijo y yo, obviamente). “Transformar la sociedad con amor y buscar la paz en el mundo” es uno de los principales objetivos que me propuse lograr tras la reciente sensibilidad surgida en esta nueva etapa de maternidad, pero dejaré este tema para un próximo post. O para cuando me presente a Miss Universo, ya veremos. Porque en este post iba a hablar del cumple del gordo y así como en mi día a día termino haciendo algo que ni pensaba a la mañana cuando desperté, en esta entrada terminé hablando de cualquier otra cosa menos de festejos.